UN PROBLEMA:
La carrera como actriz de Chelsea Ross ha sido un auténtico desastre. Lo más cerca que estuvo de llegar a ser famosa fue con su papel en la película de Pretty Dead Girl I. Pero el paso más estúpido que alguna vez ha dado a nivel profesional ha sido terminar convirtiéndose en la asistente personal de una estrella del hockey.
UN PROBLEMA AÚN MÁS GRANDE :
Es cierto que los días de gloria de la súper estrella Mark Bressler han llegado a su fin, pero al menos el que un día fuera uno de los «malotes» del deporte rey podía mostrar un poco de cortesía con la explosiva muñeca de pelo rosa que los Chinooks de Seattle han contratado para que sea su asistente. Si no fuera porque Chelsea necesita el dinero, saldría corriendo de allí como alma que lleva el diablo.
¡UN PROBLEMA ENORME!
Y vale, puede que Chelsea pueda lidiar con la pésima actitud de Mark y sus malos humos, pero es incapaz de resistirse a los bíceps y al cuerpazo de ese tío. Y cuando él empieza a fijarse en ella, Chelsea se da cuenta de que es hora de enviarle al banquillo... siempre y cuando pueda quitárselo de la cabeza.
La carrera como actriz de Chelsea Ross ha sido un auténtico desastre. Lo más cerca que estuvo de llegar a ser famosa fue con su papel en la película de Pretty Dead Girl I. Pero el paso más estúpido que alguna vez ha dado a nivel profesional ha sido terminar convirtiéndose en la asistente personal de una estrella del hockey.
UN PROBLEMA AÚN MÁS GRANDE :
Es cierto que los días de gloria de la súper estrella Mark Bressler han llegado a su fin, pero al menos el que un día fuera uno de los «malotes» del deporte rey podía mostrar un poco de cortesía con la explosiva muñeca de pelo rosa que los Chinooks de Seattle han contratado para que sea su asistente. Si no fuera porque Chelsea necesita el dinero, saldría corriendo de allí como alma que lleva el diablo.
¡UN PROBLEMA ENORME!
Y vale, puede que Chelsea pueda lidiar con la pésima actitud de Mark y sus malos humos, pero es incapaz de resistirse a los bíceps y al cuerpazo de ese tío. Y cuando él empieza a fijarse en ella, Chelsea se da cuenta de que es hora de enviarle al banquillo... siempre y cuando pueda quitárselo de la cabeza.
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