Solo Arthur es capaz de ver a
Lauren, porque el amor siempre tiene ojos distintos. Su vida no volverá a
ser la misma, después de toparse con aquella desconocida canturreando
dentro de su armario. Pero cuando damos con algo valioso, siempre
corremos el peligro de perderlo, el amor y la vida son dones efímeros y
por eso, aún más preciosos.
Arthur y Lauren deberán olvidar el futuro para gozar de cada onza de presente.
Toda una lección de vida que combina sabiamente ternura y humor, una
puerta abierta a la esperanza que nos demuestra una verdad que no
siempre puede tocarse con los dedos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario