Holly Evans acaba de ver su propio cuerpo enterrado. Ahora le gustaría
pasar a la otra vida. Pero al parecer primero tiene que descargar algo
de equipaje mortal, empezando por la cuestión de cómo murió. Su loquero
celestial no se cree que no se matara ella misma; y dice que debe
regresar a la tierra para enderezar las cosas. La cosa es que para
hacerlo tiene que pedir prestado el cuerpo de Vince Murphy, el friki de
las computadoras. Ah, y aunque se suponía que Vince había desocupado el
local, la parecer nunca le llegó el mensaje. Ahora, Holly tiene cuarenta
y ocho horas para resolver sus asuntos mientras comparte brazos,
piernas y... otras cosas... con un chico en el que apenas se fijó
mientras estaba viva. Pero la verdadera sorpresa es lo que la vida tiene
para ofrecer cuando solo tienes dos días para vivir.
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