Callie:
Sangre, sudor, trabajo duro y una desconcertante falta de lágrimas (toda mi vida) estaba destinada a culminar en un rápido crecimiento de gloria e importancia.
Había pensado que siempre supe lo que eso significaba exactamente.
Pero tenía el tiempo mal sincronizado, al rededor de unos tres minutos.
Ahora lo sabía.
Este momento no lo era todo. La única persona que me encontré queriendo más que nada durante ello, lo era.
Nik:
Una idea preconcebida puede atraparte durante toda la vida.
Pensé que me lo debía a mí mismo y a todo aquel que siempre me apoyó para hacer lo que se esperaba. Lo que era correcto. Lo que se suponía que tenía que hacer.
Pero en el amor nada está prohibido. Ni las circunstancias, ni la decencia o la negación del objeto de dicho afecto.
Ahora lo sabía.
Era esto.
Si lo quería tenía que tomarlo.
Esta historia de amor de gimnastas es más que apretones, desgarros y manos magulladas.
Para Calia Nickleson y Nikolai Bagrov, lo era todo.
Mil Gracias a...Simply Books
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