Piensas que la vida apesta? Pues prueba a ser Mina Hamilton.
Sus
padres desean su muerte o, para ser más precisos, su no-muerte. Son
vampiros y, le guste o no, Mina tiene que ir tomando la decisión de
transformarse también en un vampiro. Pero Mina está mucho más interesada
en salir de marcha con su mejor amiga, Serena, y llamar la atención del
"demasiado-caliente-para-estar-en-el-instituto" Nathan Able, que en ir a
las clases de prácticas de vampiros, a las que, todo sea dicho, va
forzada.
Y,
¿cómo se supone que puede una adolescente conseguir la cita perfecta
para el baile de graduación y terminar tercero de francés, cuando tiene a
sus padres pegados a su cogote... literalmente hablando?
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