Me da risa cuando oigo que la gente piensa que Molly y yo nos
precipitamos demasiado, recitando que no podemos sentir tanto el uno
hacia el otro en tan corto espacio de tiempo. Y digo yo, ¿Cómo demonios
lo pueden saber? Lo logramos, ¿no? Ella se convirtió en toda mi vida,
¿verdad? ¿Y en cuanto a mis viejos no siendo reales, siendo verdaderos?
Díganme eso a los diez, once, doce, maldita sea, toda mi bastarda vida,
cuando yo nunca era suficiente, cuando me golpeaban hasta sangrar por
ser demasiado bueno en el fútbol y no ser todo lo que ellos habían
soñado: el hijo perfectamente obediente. Díganselo a los miles de niños
de todo el mundo cada vez lamentándose por sus padres idiotas por
cualquier razón estúpida; díganles mal no existen en sus ojos.
A la mierda Romeo y Julieta. Esta es la historia de mi chica y mía,
saliendo de mis labios. Sin sentimientos blandos, sin empalagos, sólo la
verdad sencilla y dura, y, porque me siento generoso, voy a dejarte
entrar también en más de nuestra historia.
Si aun no has leido la primera novela Sweet Home, puedes encontrarla aqui!
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