Tengo que
ser el mejor. Soy el mejor. Soy rápido. Soy fuerte. Soy inteligente. Soy el
arquero estrella de mi equipo de fútbol de la escuela secundaria, y tengo
grandes ligas explorándome. Como su capitán, mis compañeros de equipo harán
todo lo que digo—tanto dentro como fuera del campo. Chicas prácticamente piden
ser añadidas a mi lista de conquistas. Mientras me las arregle para ser un
profesional para el mejor equipo del mundo, no voy a tener que preocuparme de
la ira de mi padre.
Soy
Thomas Malone, y he visto como el mundo gira alrededor de mí.
Hay una
nueva chica en la escuela, y es sólo una cuestión de tiempo antes de que ella
se deje llevar por mi encanto. Esta es sólo un poco más terca que la mayoría—ella
ni siquiera me dice su nombre! Ella es inteligente, también. Tal vez demasiado
inteligente.
No puedo dejarla entrar. No puedo dejar a nadie. No estoy
demasiado preocupado, pero tengo que admitir que está interfiriendo con mi
enfoque en la meta.
Papá no
va a ser feliz por eso.
¿Te he
dicho que me encanta Shakespeare? Sí, lo sé. Soy una contradicción andante. De
acuerdo con el Bard, "Algunos nacen grandes, otros alcanzan la grandeza, y
algunos tienen la grandeza sobre ellos". De alguna manera, me dieron los
tres.
Ahora, ¿cómo se supone que cualquiera pueda vivir con eso?
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